Volvemos con Míriam Antón para seguir profundizando en el valor de la educación emocional. ¡Va directa al grano!
Recordad que si queréis que otros padres os deban un favor, compartid con ellos The Mamas & The Papas. Seguro que como mínimo os van a invitar a unas cañas.
Cómo empezar a educar con educación emocional
Modela el Comportamiento: Recuerda que los niñxs aprenden observando. Si manejas tus propias emociones de manera saludable, ellos seguirán ese ejemplo en su propia vida.
Conversa Abiertamente: Crea un espacio seguro donde tus hijos se sientan cómodos compartiendo sus emociones. Pregunta cómo se sienten y valida sus emociones, sin importar cuán intensas puedan ser. No juzgues si la situación es para tanto o no y agradece por haber compartido algo tan íntimo contigo.
Juega con Emociones: Los juegos pueden ser herramientas poderosas para enseñar. Crea actividades que les permitan identificar y expresar emociones. Pueden dibujar caras que representen diferentes emociones o inventar historias emocionantes juntos. Utiliza los juguetes que tengas por casa o con materiales que encuentres en la naturaleza.
Resuelve Conflictos con Empatía: Cuando surjan disputas entre hermanos o amigos, ayúdales a entender la perspectiva del otro. Esto no solo resuelve los conflictos de manera pacífica, sino que también fortalece su capacidad de empatizar con los demás.
Apoya su Autoregulación: Enséñales técnicas para calmarse cuando están abrumados por emociones intensas. Respirar profundamente, contar números o escribir en un diario son formas efectivas de recuperar la calma.
Celebra los Logros Emocionales: Reconoce y celebra los momentos en los que tus hijos manejan sus emociones con éxito. Esto refuerza su confianza y motivación para seguir practicando la educación emocional. Pero olvida expresiones del tipo “muy bien” o “qué orgullosx estoy de ti”. Utiliza mejor el agradecimiento, algo del estilo a “gracias por haber mantenido la calma porque eso nos ha permitido [y lo que sea que os haya permitido hacer o conseguir que el niño o la niña se haya autorregulado emocionalmente]” o “gracias por haber pedido tu espacio para calmarte”. También puedes utilizar las observaciones, por ejemplo: “he visto que cuando te has enfadado has pedido lo que necesitabas de manera respetuosa para todos. Gracias por esto”.
Conclusión
En resumen, la Educación Emocional es un regalo invaluable que puedes ofrecer a tus hijxs. Les brinda las herramientas necesarias para comprender y gestionar sus emociones, lo que a su vez construye relaciones más saludables y éxito en todas las áreas de la vida.
Al criar niños y niñas emocionalmente inteligentes, estás preparándolos para enfrentar los desafíos del mundo con empatía, resiliencia y autoconciencia.
Este es solo el comienzo emocionante de tu viaje. ¡Juntxs podemos crear un futuro donde los niños estén equipados con las habilidades emocionales necesarias para abordar cualquier situación con confianza y comprensión!
Así que, gracias por querer hacer de este, un mundo mejor.